Reseña: Maquis y el fotógrafo de Mauthausen
En 1943 durante la II Guerra Mundial, surgieron grupos clandestinos de resistencia que se unieron para hacer frente la ocupación nazi en Francia. Se les conocía como Maquis por ser un término que hacía referencia a la maquia, un tipo de vegetación mediterránea frondosa, donde se escondían para pasar desapercibidos.
En 1941, Francisco Boix, como muchos otros españoles que huyeron de la Guerra Civil española, se exilio en Francia donde más tarde fue internado en un campo de concentración – primero en Vernet d’Ariège para luego pasar Mauthausen. Allí trabajaría como ayudante de un alto cargo del ejercito nazi que fotografiaba, por placer, las mil maneras de morir en el campo de concentración. Le ayudaba con los focos para la iluminación, cargaba con el material fotográfico, revelaba los negativos… negativos que logro sacar de allí y que años después durante el juicio de Nuremberg, sirvieron para mostrar el horror el genocidio nazi.
Y esto es lo que nos cuentan Maquis y el fotógrafo de Mauthansen respectivamente, un juego y un cómic, que por sorpresa llegaron a la vez y me han servido para aprender un poquito más sobre esta parte de la historia.
En Maquis nos hacemos cargo de un grupo de la resistencia que, durante 15 días, va a tener que hacer frente a un objetivo. El objetivo puede ir desde ayudar a un espía paracaidista británico que aterrizó en suelo francés y llevarle provisiones como armas, dinero y comida, o la destrucción con explosivos de un tren, que según un chivatazo, transporta Panzers alemanes. Estos objetivos son cartas que se colocan en la parte superior del tablero y a las que deberemos de llevar lo que nos pidan, para terminar con éxito la operación. Hay muchas diferentes y en cada partida saldrán dos al azar.
Para lograr estos objetivos, vamos a tener que colocar trabajadores de la resistencia (si, es un juego de colocación de trabajadores) en diferentes localizaciones que nos van a proveer de recursos. Hay recursos básicos que son las medicinas que conseguiremos en el doctor o alimentos que encontraremos en el almacén de comida, pero también armas, dinero o información que serán más difíciles de conseguir porque sólo podremos acceder a ellos con acciones o movimientos más elaborados. Todo esto tendremos que conseguirlo haciendo volver a los maquis cada noche a la “safe house” sin ser interceptados por las patrullas fascistas.
En nuestro turno vamos a colocar 3 trabajadores de la resistencia en el lugar que queramos del mapa. Tenemos total libertad para ello. Podemos colocarlos donde queramos. La cosa es que cada vez que coloquemos uno, vamos a tener que sacar una carta de patrulla, que nos va a indicar dónde tenemos que colocar a la milicia fascista. Aparecen en la carta tres lugares e iremos uno a uno, de arriba a abajo, leyéndolos para situar a esa milicia en el primer lugar libre que haya en el mapa.
Cuando hayamos colocado todos los trabajadores disponibles, al final del día, esos trabajadores tendrán que poder trazar un camino directo hasta el piso franco para poder llegar sanos y salvos con todos los recursos que hayan conseguido. Si la milicia acorrala a uno o a varios de esos trabajadores, éstos serán capturados, teniendo que abandonar la partida… a menos que ese trabajador tenga un arma, que podrá usar para sacar de la partida a esa milicia que le corta el paso y poder escapar.
En la imagen el Maquis que se encuentra en el doctor ha quedado acorralado, no puede volver a lugar seguro
Pero si disparamos las cosas se pondrán aún más feas y lo que puede parecer un remedio a nuestros males, se convertirá, de hecho, en una pesadilla aún mayor, porque además de minar la moral de los habitantes del pueblo, haciendo que cada vez salga más milicia cada día, atraerá a soldados (color rojo) que hacen el mismo trabajo de la milicia pero a los que además no se les puede disparar.
Pero volviendo al tema de los recursos… ¿qué podemos hacer en Maquis? Colocaremos nuestros trabajadores para conseguir comida o medicinas de manera directa, pero para conseguir otros recursos como las armas necesitaremos dinero. El dinero sólo podemos conseguirlo a través de lanzamientos paracaídas y los paracaídas se encuentran muy lejos del lugar seguro al que debemos volver cada noche… es decir, son peligrosos porque hay muchas papeletas de que las patrullas se coloquen en lugares que nos corten el camino hacia el piso franco. Pero si conseguimos el lanzamiento de recursos en paracaidas, podremos colocar los recursos que necesitemos (1 de dinero, 1 arma o 3 comidas) en uno de los campos abiertos para recogerlos al día siguiente con otro trabajador.
Con el dinero vamos a poder comprar armas, pero también podremos construir nuevos edificios en la ciudad que nos faciliten un poquito las cosas, como por ejemplo colocar otro piso franco, un laboratorio químico que nos permita fabricar explosivos o contratar a un contrabandista que nos facilite más cantidades de comida o medicinas. Estos lugares no son mas que unas fichas que podremos colocar en espacios vacíos del mapa. Pero es muy caro y hay que elegir bien qué construir y dónde hacerlo.
Pero la decisión más importante cada uno de esos 15 días turnos que dura la partida será elegir donde colocarnos para conseguir recursos intentando mantener un equilibrio entre forzar la suerte y/o trazar un camino seguro que haga que nuestros miembros de la resistencia vuelvan a casa sin incidentes.
Las cartas de patrulla que tenemos que sacar cada vez que colocamos a un trabajador, siempre van a mostrar tres lugares del mapa. En caso de que los tres lugares estén ocupados, tendrá lugar un intento de arresto, que consiste en mirar de nuevo, de arriba a abajo las tres localizaciones y si en alguna de ellas nos encontramos con un trabajador, lo arrestaremos sacándolo de la partida.
Así que el juego resulta ser un puzzle con un nivel de dificultad enorme, donde la estrategia, pero sobre todo la suerte, tendrá un papel importante en la partida.
Y quizá eso es lo más frustrante de Maquis. El azar. Alejarte de las zonas seguras trazando un camino de protección con tus propios trabajadores, no va a ser suficiente. Pueden arrestarte si las tres localizaciones de la carta de patrulla están ocupadas. Si tienes un arma, puedes usarla, pero además de ser muy complicadas de conseguir, como ya hemos visto antes, también aumentan la dificultad del juego haciendo bajar la moral y sacando al temido ejército.
Tienes la opción de reclutar otros dos trabajadores que esperan en el café que hay en el mapa pagando una comida por ello, pero aún así las posibilidades de caer en arresto o acorralado, son siempre altísimas.
Es angustiante pero es que siendo un juego sobre Maquis durante la II Guerra Mundial, no podía ser de otro modo…
La sensación está bien conseguida, pero en 3 de las cinco partidas que he jugado, las posibilidades de terminar con éxito eran casi nulas desde los primeros turnos y eso me hacía desconectar. Era tan frustrante que le quitaba emoción e incluso ganas de continuar con ella.
Pero siendo un micro juego super rápido y dinámico, con un tema muy bien llevado, si la partida no arranca bien, puedes montar otra y reintentar el reto hasta conseguirlo en un suspiro.
Hace unas semanas, Luis Fley en su blog Jugar a perder escribía una reflexión sobre las reticencias que podía llegar a tener una persona para sentarse a jugar en una mesa con alguien con ideas totalmente contrarias a las suyas y me sorprendió porque precisamente veo enriquecedor ese hecho.
Igual que veo enriquecedor jugar a juegos que traten temas incómodos o leer cómic que te planteen cosas que por diferentes razones han pasado podido pasar desapercibidas en tu vida. Al final se trata de salir de tu zona de confort, aprender y reflexionar cosas que de otra manera ni si quiera te pararías a pensar.
Y en eso Maquis y el fotógrafo de Mauthausen son extraordinarios a pesar de su crudeza y es que si el tema esta bien tratado o eres respetuoso con la persona que tienes delante cuando vas a jugar con ella, de ahí sólo pueden salir cosas positivas.
Se me ocurre otro juego crudo que trata el tema de la esclavitud de manera magistral y que aunque como juego no sea perfecto ni mucho menos, la sensación de fustigamiento y de estar atrapado en una ratonera es brutal: Freedom, the underground Railroad. Pero de ese ya hablaremos en otra ocasión…
Esta entrada ha sido patrocinada por la tienda Rara Avis que ha cedido la copia del Fotógrafo de Mauthausen para la reseña. Rara avis es una tienda de cómic y juegos de mesa situada en Dos Hermanas (Sevilla) que a pesar de sólo tener dos años de vida y ser ya un referente local, se está haciendo su hueco haciendo envíos a todo el territorio nacional.
Maquis es un juego de Jake Staines que ganó el premio de Mejor juego en solitario P&P en 2013 y que este año salió en la plataforma de mecenazgo de Kickstarter.
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La temática no me atrae mucho pero aun así me parece interesante, sobre todo por la dificultad. Si lo comprara seria como con el Viernes, que no gano nunca xDD
Aquí se gana poco tambien… como en el Viernes xDD Gracias por comentar!