Bitácora de partida. Escenario #7 Combat Commander: Noches de Besarabia

 In Bitácora de Partidas

El pasado martes nos reunimos para jugar una partida al Combat Commander tutorizada. Cesar y Dani eligieron el escenario 7 y Javi y yo aceptamos el reto sin pensarlo.

El escenario 7 de Combat Commander: Noches de Besarabia, además de tener un título de lo más sugerente, se caracteriza por tener un despliegue tan singular como caótico.

Pero antes de explicarlo, vamos a hablar un poco del trasfondo para comprender los motivos de tal despliegue.

 

Este episodio de la Segunda Guerra Mundial habla sobre la participación de partisanos rumanos, de escasa preparación, en ocasiones ocultos en los bosques en grupos de dos o tres combatientes, para destruir lineas de ferrocarril y en general objetivos que abastecían al frente del eje. Teniendo en cuenta ese entorno de caos, podemos entender un poco mejor el despliegue que nos proponen en el escenario del juego, donde las unidades aliadas, salen al azar. Para ello tenemos que sacar carta, fijarnos en el hexágono que aparece e ir colocando tropas que muy seguramente van a caer de manera dispersa, pero claro… es que así es como actuaban.

El mapa nos recuerda también el entorno en el que se movían… un espacio repleto de bosques donde los aliados se desenvuelven con bastante soltura (cada hexágono, sea del tipo que sea, les cuesta un punto de movimiento entrar), mientras que los alemanes, tendrán que gastar los propios del juego (dos para los movimientos entre hexágonos de bosque). Y es que los partisanos locales, juegan con la ventaja de conocer mucho mejor el terreno y estar mejor adaptados al medio que las unidades del eje.

El jugador del eje en cambio realiza el despliegue después de que lo hagan los aliados y surgen las primeras situaciones peculiares…

En nuestra partida, las tropas aliadas salieron dispersas, en grupos de como mucho dos o tres, a excepción del líder Sgto. Maisky, que apareció en el borde sur del tablero, solo, perdido y desorientado.

Los alemanes obviamente aprovecharon la ocasión para, en el despliegue, rodearlo completamente y acabar con él en el mismísimo primer turno de la partida. Un minuto de silencio por el Sgt.

 

El aliado en este escenario juega como defensor, con sólo cuatro cartas en la mano y con la posibilidad de dar una sola orden por turno. Si a esto le sumamos la pérdida en el primer turno de un lider, que son los únicos capaces de activar a varias unidades repartidas en distintos hexágonos gracias a su capacidad de mando, la dificultad se ve multiplicada ipsofacto.

Pero no todo estaba perdido… en el despliegue del aliado, exceptuando el extravío del líder, el resto de unidades habían salido bien posicionadas y casi sin pretenderlo, estábamos controlando tres de los cinco objetivos del escenario.

Tres de los objetivos estaban situados en las vías del tren que atraviesan diagonalmente el escenario y dos de ellos en zonas más alejadas.

Una vez comenzada la partida, te das cuenta de la dificultad de dar ordenes a los partisanos… están desestructurados y contamos con sólo cuatro cartas con las que jugar, estando además una de ellas «hipotecada» porque es la que te permite sacar refuerzos en caso de que el jugador del eje elija descartarse. Debíamos guardarla y esperar pacientemente que el jugador del eje empezara a descartarse para que nosotros pudiéramos sacar refuerzos. Pero no fue así. Había demasiada veteranía en ese bando.

La acción comenzó en el centro del mapa, cerca de las vías del tren, cuando la mitad de las unidades alemanas, después de ejecutar al desorientado líder partisano, se movieron para comenzar a atacar. En este escenario, al haber tanto bosque, las lineas de visión quedan interrumpidas siempre, así que lo normal es que haya pequeñas emboscadas e incluso melées, más propias de escenarios de guerras de guerrillas pero que resultaron dejar momentos de lo más épicos:

Primero los partisanos, en un intento de ataque a un hexágono con las efectivas cargas satchel, fallaron estrepitosamente y consiguieron hacer mas daño disparando con las propias milicias. El mortero alemán capturado con el que empezamos el escenario en la zona este, resultó ser de lo más improductivo. Lo colocamos en las vías del tren esperando que alguien cruzara por allí, pero no llegó a aparecer nadie y resultó ser más un estorbo que una ayuda porque dificultaba el movimiento de quien lo acarreaba. Por otro lado los francotiradores que aparecían cuando menos lo esperabas, resultaron ser de lo más certeros… hasta dos veces impactaron a una misma unidad (partisana, ¡claro está!) y de repente, cuando las cosas parecían que no podían ir peor, aparecen refuerzos alemanes: un héroe y la temida radio.

Los alemanes pudiendo dar hasta tres ordenes por turno, con un héroe en juego, que se puede activar tantas veces como quieras y una radio para hacer peticiones de artillería, se frotaban las manos mientras nosotros, desesperados, hacíamos cosas desesperadas.

Descartamos la carta de la que hablamos antes, que nos permitía meter refuerzos si los alemanes elegían descartarse, intentando obtener mayor flexibilidad, cuando lo que realmente estábamos haciendo era darles a los alemanes la oportunidad de descartarse cuando quisieran sin mayor peligro y permitirles utilizar esa temida artillería gracias a las llamadas de radio. Pronto empezaron a caer salvas de humo y disparos de artillería, afortunadamente no demasiado certeros. Pero la superioridad se palpaba y la moral aliada empezaba a caer en picado.

No llegamos a terminar la partida porque se nos hizo tarde, pero sin duda la recordaremos por los momentos épicos que nos dio. Mucho caos, mucho azar, pero también la oportunidad de vivir un juego de lo más peliculero y divertido. Y ojo, que quedó demostrado, que el conocer bien las cartas y cómo manejarlas hace que ese azar y ese caos puedan llegar a controlase, tal y como haría un buen oficial al mando en la Segunda Guerra Mundial.

Aunque la intención era solo contar algunos detalles del escenario, me gustaría terminar diciendo que Combat Commander es un juego ideal para empezar en el mundillo de los wargames. Requiere un pequeño esfuerzo para comprender algunas reglas, pero al introducirlas poco a poco y al ser un juego dirigido por cartas con unos objetivos muy claros, se hace bastante más manejable que otros. Es divertido, es peliculero, esta ambientado en la Segunda Guerra Mundial que es un conflicto que a todo el mundo le suena y las duración de las partidas es de lo más asequible (unas dos horas dependiendo del escenario). Llevo 5 o 6 partidas desde que lo probé hace unas semanas y todo indica que lo voy a jugar mucho este año.

Seguiremos con las bitácoras de partida. Agradecer muchísimo a Cesar y Dani todos los consejos y la ayuda durante la partida tanto a Javi como a mi. Fue un autentico placer.

Algunos enlaces interesantes sobre la historia de los partisanos en la Segunda Guerra Mundial:

https://encyclopedia.ushmm.org/content/es/article/the-bielski-partisans

http://imbratisare.blogspot.com/2011/10/partisanos-rumanos-en-la-segunda-guerra.html

https://es.rbth.com/historia/85791-rumanos-lucharon-sovieticos-segunda-guerra-mundial

 

 

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Comments
  • edelguer
    Responder

    ¡Espectacular esa partida!
    Mira que tenía ganas de estrenarlo, pero después de leer tu artículo ¡aún más!.
    Empecé con las reglas el lunes y si todo va bien, lo estrenaré en solitario (modo esquizo) este fin de semana.
    A ver si cuando lo tenga controlado, consigo «engañar» a alguien.
    Como bien dices, es tremendamente narrativo, super peliculero y después de ver algún video, creo que las reglas se pueden controlar con relativa facilidad.

    Aprovecho para darte la enhorabuena y las gracias por el blog y el podcast.

    Un saludo,

    Eduardo.

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