[masterslider id=»18″]

El jugador más joven empieza la partida

No tienes tiempo para jugar, pero te mueres por una partida. Además hace calor y ves esas losetas heladas y… ¡Qué narices! Vamos a darle a estos pingüinos!!

¿De qué va?

En Pingüinos de lo que se trata es de comer. De comer tantos peces como puedas durante la partida.

Antes de comenzar el juego tenemos que distribuir las losetas formando el tablero sobre el que jugaremos. Una vez hecho esto, colocaremos tantos pingüinos como digan las reglas según el número de jugadores (dos, tres o cuatro). Para colocarlos, empezará el jugador más joven y en sentido horario, el resto de jugadores, teniendo en cuenta que deben ser puestos encima de las losetas de valor 1, es decir, las que tienen un sólo pez. Una vez hecho el setup inicial, empieza el juego.

En nuestro turno tendremos que hacer dos cosas:

• Mover uno de nuestros pingüinos teniendo en cuenta que tienes que hacerlo en linea recta, sin cambios de dirección y sin saltar huecos
• Y coger la loseta donde hayas empezado tu movimiento y añadirla a tu reserva personal, que representará los peces que has comido durante la partida.

Las losetas tienen dibujados 1, 2 o 3 peces, así que obviamente, cuantos más tenga la loseta, mejor. Así que de eso se trata: de moverte y comer… como las damas pero en moderno y en vez de fichas sosainas, pingüinos molones.

Los turnos se van sucediendo hasta que no puedes hacer más movimientos con tus pingüinos. En ese momento, el juego termina y cada jugador cuenta los peces dibujados en las placas de hielo que haya ido cogiendo durante la partida. Gana el que más peces tenga.

Opinión

Decíamos que en Pingüinos, de lo que se trata es de mover y comer, pero hay algo que le da un puntito más y es la posibilidad de encerrar y bloquear a tu rival. Es ahí donde está la gracia del juego. En esa interacción que te permite hacer morder el polvo hielo a tus rivales durante la partida.

Pingüinos lo tiene todo para acompañarte en las tardes de verano: filler facilito de reglas pero con la suficiente chicha como para hacer trabajar las neuronas, de cajita pequeña, transportable y con unos materiales resistentes y que encima te da partidas divertidas y emocionantes.

Pero no todo iba a ser gloria… El setup es infernal. Las losetas son pequeñas y colocarlas todas para formar el tablero es algo tedioso teniendo en cuenta que luego la partida en sí dura 10 minutos. Y cuando te quedas con ganas de más (porque realmente el juego pide una partida tras otra), te lo piensas muy mucho con tal de no preparar de nuevo el tablero.

Yo tengo la versión de caja pequeña pero hay por ahí una edición «de luxe» con losetas grandes y miniaturas de pingüinos mucho más curradas que puede merecer la pena si quieres quedar bien con un regalo divertido y muy, muy entretenido. Aunque sin duda me quedo con la edición de Devir por tener unos meeples de madera en forma de pingüinos mucho más chulos que los que vienen en la versión de Edge.

• Lo guay: la sencillez de reglas Vs diversión y emoción en las partidas
• Lo chungo: el setup del juego que te quitará las ganas de volver a jugar la revancha y las miniaturas de los pingüinos son tan feas que dan miedito.