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El jugador sentado a la izquierda de quien repartió las cartas, comienza la partida

Es tu turno, miras al horizonte y con una voz casi robótica, solemne, carente de sentimientos, tonalidades o color dices: «Cojo tres monedas porque soy el duque».

… Y que alguien te diga que que no!

¿De qué va?

Como diría el padrino: La familia…!! Cada jugador encarna una familia de una ciudad-estado italiana. Para comenzar la partida, recibimos dos cartas con dos personajes y dos monedas. Y con esto ya podemos empezar.

Las cartas que nos han repartido representan los personajes con los que nos ha tocado jugar… o no, porque en Coup, nada es lo que parece.

Cada personaje tiene unas habilidades especiales, unos poderes que podemos activar en nuestro turno para ganar dinero, cambiar nuestras cartas, asesinar un personaje de otro jugador…

Lo guay es que podemos mentir y aunque nos haya tocado el asesino, que realmente lo que tendría que hacer es asesinar uno de los personajes de otro jugador pagando tres monedas, en nuestro turno podemos decir que tenemos el Capitán y robar dos monedas de cualquier otro jugador. Es decir, en nuestro turno, podemos utilizar la habilidad de cualquier personaje según nos convenga, pero siempre teniendo en cuenta que si nos pillan, la palmaremos.

Así que ya podemos ir decididos y declarar, seguros de nosotros mismos, el personaje que estamos encarnando, porque de lo contrario, podemos ser desafiados por otro jugador y tener que demostrar que somos quien decimos ser.

Así pues, en nuestro turno sólo tendremos que elegir una de las acciones comunes para todos los jugadores o una acción que nos permita llevar a cabo uno de los personajes del juego.

Las acciones comunes son: Coger una moneda, coger 2 monedas o matar a un personaje haciendo un Coup con 7 monedas. Esas tres acciones las puede hacer cualquier jugador, tenga el personaje que tenga. Y os preguntareis… ¿Para qué quiero yo coger una sola moneda cuando puedo coger 2?

Pues ahí está otra de las grandes características del juego. Y es que muchos de los personajes pueden llevar a cabo una contra-acción, es decir, un bloqueo. Y uno de ellos precisamente es el del Duque, que impide a los jugadores coger esas dos monedas.

Así, iremos jugando en el sentido de las agujas del reloj hasta que alguien decida desafiarnos o directamente, matarnos haciendo un Coup, pagando 7 monedas.

En el caso de los desafíos, tendremos que demostrar que somos quien decimos ser, en caso contrario, perderemos una de nuestras cartas (la que elijamos). En caso de que sea verdad, el que pierde la carta es el jugador que nos desafió.

Si nos matan haciendo un Coup, no podremos defendernos, tendremos que descartar a uno de nuestros personajes obligatoriamente.

El último jugador que consiga aguantar con al menos una carta de personaje, será el vencedor de la partida.

Reforma: La expansión

Pero la cosa no termina aquí. Zacatrús ha tenido la genial idea de unir en esta edición, tanto el juego base como la expansión que aporta un toque chulo a las partidas.

Si la jugamos, tendremos que repartir una carta más a cada jugador, posicionándolo del bando de los católicos o los protestantes, alternativamente.

De este modo, el 50% serán de un bando y el otro 50% de otro, no pudiendo matar a nadie de nuestro lado en los primeros turnos de la partida. Pero aquí viene lo interesante, y es que podremos, mediante acciones, cambiarnos de bando pagando 1 moneda al «hospicio» o pagar dos monedas y convertir a cualquier jugador al otro bando.

Esto y la posibilidad de hacer «desfalcos» para llevarte todo el dinero del hospicio (todos menos el duque), son las dos nuevas mecánicas que incorpora esta expansión.

El resto del juego sigue intacto: podremos seguir mintiendo, desafiando y matando sin piedad a todos los jugadores hasta que sólo quede uno.

Como os podréis imaginar, las risas y la tensión están aseguradas.

Opinión

A estas alturas podremos haber comprendido que Coup es esencialmente un juego de faroleo. Nada es lo que parece… o si. La cosa es intentar jugar haciendo que tus contrincantes tengan siempre pocas o ninguna pista sobre lo que realmente eres e ir pasando desapercibido para hacerte con el botín que te permita matar a tus contrarios a través del Coup.

Para los que no lo conocieran, Coup es un juego que ya lanzó Zacatrús hace un par de años. Pues bien, esta nueva edición no sólo mantiene el juego base sino que además incorpora esta nueva expansión Reforma, que le da un punto muy muy chulo al juego.

Las partidas son super rápidas, duran unos 10 minutos, al menos a cuatro, que es el número con el que suelo jugar mis partidas. Y son tan divertidas e intensas que repites una detrás de otra. Y lo mejor es que lo explicas en dos minutos.

Y hablando de explicar… tengo que ponerle un pequeño «pero» y es que no han incluido la hoja de referencia que venía en la primera edición. La han sustituido por unas cartas de ayuda para cada jugador, pero no son para nada claras. Así que os recomiendo mucho haceros con la ayuda original donde vienen las acciones comunes y las de cada personaje. Es imprescindible para que los jugadores no se pierdan en las primeras partidas.

Yo no puedo hacer otra cosa más que recomendar el juego, teniendo en cuenta el precio y los momentos que os puede dar. No conozco a nadie que no haya disfrutado con unas cuantas partidas a este Coup.

Lo bueno

• Lo rápidas que son las partidas
• Los piques que se generan entre los jugadores
• El precio

Lo menos bueno

• Las cartas de ayuda de esta segunda edición que han sustituido a la hoja de la primera.

Lo mejor

• La posibilidad de mentir todo el tiempo y engañar vilmente a tus adversarios

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