Damos la bienvenida a este nuevo año 2020 con el resumen de lo vivido en el anterior. En lo personal ha sido un año muy intenso y las partidas han tenido que pasar a un segundo plano, pero aún así, he compartido unas 100 horas de juego repartidas en 196 partidas a 95 juegos diferentes.

Pero lo importante no es cómo se empieza el año, sino cómo se termina y he terminado muy bien. Por un lado con mucha ilusión por pertenecer desde Diciembre al Club de los Viernes donde en mi primera día como socia, me recibieron con una partida al Brass Birmingham y Terraformir Mars. Mi dos juegos favoritos de la década.

Y por otro, por empezar un proyecto que es para mi un auténtico reto personal. Los que me conocen bien saben el pavor que tengo a hablar delante de un micro. Siempre he dicho que se me da bien escuchar, y escribir es fácil, pero hablar… ¡uy lo de hablar! Pero claro, si un amigo como Gonzalo de Gaceta de los Tableros te propone hacer un podcast y se unen Guille Soria (colaborador estrella de Planeta de Juegos por sus crónicas sobre las Gencon) y Chema Pamundi que lleva en las venas lo de comunicar y entretener como nadie… pues…¡cómo vas a decir que no! Soy cabezona para bien y para mal y en estos casos en los que algo me asusta, en vez de huir, lo que hago es correr hacia delante y enfrentarme a ello, aunque me lleve una buena torta. Si te caes, te levantas y…¡a seguir! así que voy a tope con este proyecto, a pasármelo bien y sobre todo a aprender mucho del resto de mis compañeros. Podéis escucharnos en Que Rico el Mambo Podcast

Y como un resumen del año no es nada sin un top, vamos con el top 10 de juegos jugados que coincide mucho con los juegos con los que más he disfrutado:

1.- Wingspan

2.- Fantasy Realms

3.- Terraforming Mars

4.- Undaunted Normandy

5.- War Chest

6.- Arkham Horror LCG

7.- Caravana hacia el oeste

8.- The city of Kings

9.- Crokinole

10.- Brass: Lancashire

 

Fantasy Realms ha resultado ser un pequeña gran joya. Un juego que se juega en 15 minutos, donde el objetivo es construir la mejor mano de la partida para cuando ésta se haya acabado. Cada carta puntua de manera diferente dependiendo de con qué otras las combinemos, pudiendo restar puntos o sumar una cantidad ingente de ellos. Un juego que me sorprendió muchísimo este año.

Wingspan es mi juego preferido de 2019. Ya lo comenté en la NO reseña y en la aportación que hice en el programa especial de Más madera: es un juego muy especial creado por mujeres, con un tema muy diferente a lo que acostumbramos a ver en los euros, bonito, barato para los precios en los que nos movemos, con una producción en los componentes espectacular, con unas ilustraciones maravillosas, didáctico y unas mecánicas que funcionan tremendamente bien con cualquier tipo de jugador (jugón, familiar, no jugones…) y a cualquier número.

Terraforming Mars es un juego que me enamoró desde la primera partida, cuando me lo compré en inglés antes de saber que saldría en castellano allá por el 2016. Un juego de desarrollo de cartas que es como un paseo en bicicleta donde la meta está detrás de una gran cuesta. Las primeras eras te cuesta «pedalear» y se te hacen cuesta arriba porque los combos aparentemente no fluyen, pero una vez llegas a la cima, al punto dulce de la partida y habiendo creado un buen motor de generación de recursos, la cuesta abajo es atómica y divertida a partes iguales.

War Chest y Undaunted Normandy son dos juegos que están en mi top de la década… así, sin despeinarme. Son juegos muy parecidos, de confrontación, sólo que en el primero la mecánica principal es el bag building y en el segundo deck building. El primero para mi es más tenso y divertido pero el segundo está mejor ambientado y mejor tematizado. En cualquier caso, dos joyas imprescindibles si te gustan este tipo de juegos abstractos con buenas mecánicas.

Del Arkham Horror poco puedo aportar más después de la reseña que hice. Otro juego top de la década que te hace disfrutar cada acción, cada escenario y cada decisión de historia. Es mejor aún que leerte cualquier relato de Lovecraft, porque tienes todo lo bueno de ellos y te hace vivir la aventura como pocos juegos lo consiguen hacer.

Caravana hacia el oeste o ahora Expansiopolis son dos juegos que nos ha traído este año la nueva editorial de Salt & Pepper Games. Dos juegos que son una chulada por su formato. Vienen en una cartera y se componen de unas pocas cartas con doble funcionalidad: por el reverso aparece el objetivo de final de partida y por el anverso con lo que juegas en sí. Con ese genial concepto, se han sacado dos buenos juegos con una rejugabilidad altísima. El primero para jugar multijugador competitivo (aunque también viene con una expansión para jugar en solitario) y el segundo en cooperativo o como más me gusta jugarlo… en solitario.

The City of Kings ha resultado ser un cooperativo temático realmente bueno. Me encantaría que este juego se editara en castellano, porque las cartas de historia que aportan la narratividad están escritas a un nivel de prosa que ni el mismísimo Tolkien (demasiado complejo para comprenderlo con fluidez). Aún así, la historia puede pasar a un segundo plano porque luego durante la partida las mecánicas son muy euro. En cualquier caso, lo he pasado genial jugándolo y ha sido una muy grata sorpresa.

Crokinole es EL juego de fliking que siempre triunfa en cualquier reunión y este año ha vuelto a salir en barbacoas y comidas con los amigos. Hacer un campeonato con su cuadro de participantes y unas cervecillas es una de las grandes tradiciones ya.

Brass Birmingham se ha convertido para mi en el juego número uno de la década. Si conoces el Brass Lancashire, los cambios son muy sutiles, pero suficientes para que ambos puedan estar en la ludoteca sin pisarse. Este aporta algo más de dureza pero en cambio funciona genial a dos jugadores (sin ser su mejor número). En el anterior además hay un factor de azar que no a todo el mundo le encanta (el comercio exterior) y aquí se sustituye por un control total dejando las mismas posibilidades a los jugadores de vender sin riesgos. Es un juego en el que la planificación pero tambien el oportunismo son necesarios para poder terminar bien la partida. Lo que más me gusta de él es lo exigente que es, su elegante mecánica de selección de acciones jugando siempre dos cartas, cómo están tan bien unidos tema y mecánicas (aunque el Brass Lancashire para mi está mejor conseguido en este sentido) y sobre todo el dolor que supone tener que planificar bien lo que vas a hacer y saber leer el tablero para no cometer errores que te hagan perder la partida. Un juego de 10.

Mención especial tambien a otros juegos que aunque he jugado menos, he descubierto este año y me han encantado: Marvel Champions, Zombie Kidz Evolution para los peques, Lords of Waterdeep, The States genial juego de subastas y puteo infinito y la expansión del Food Chain Magnate, que aunque para mi es aún prescindible porque con el base tengo para aburrirme, me ha empujado a sacar de nuevo este JUEGAZO.

El grande, Struggle of Empires y la Guerra del Anillo han sido juegos viejunos que he descubierto (aunque parezca mentira) este año y me han dado partidas memorables de lo bien que me lo han hecho pasar.

Lo peor del año sin duda Prêt-a-Porter, un juego mal producido, con un diseño gráfico capaz de arruinar la partida a cualquiera que se quiera enfrentar a él y cuyas mecánicas tampoco me enamoraron como para intentar vencer el resto de escollos. Y Petrichor, un juego barroco, soso, caótico y que no aportó nada de nada.

Y hasta aquí el 2019. Empezamos este 2020 con objetivos ambiciosos pero sobre todo con el objetivo de ir a todas las grandes jornadas planificadas: Bellotas en Enero, CLBSK en Julio, Grecas y Essen en Octubre. ¡Ojalá nos veamos en alguna de ellas!

¡Buen comienzo de década para todos y a disfrutar de las partidas, que de eso se trata!